IMAGINARIO
GRUPAL
Término
creado por Didier Anzieu, en 1964, para designar las
construcciones grupales producto de la puesta en común de las imágenes
interiores y de las angustias de los participantes, de la escenificación de las
fantasías. Incluye la producción de rituales, mitos e ideas. Todo grupo, desde
la perspectiva psicoanalítica, requiere la creación de un imaginario para
constituirse como tal.
Origen
e historia del término
Anzieu
desarrolla por primera vez la idea de imaginario grupal en dos conferencias: la
primera, "La realidad imaginaria de los grupos", fue pronunciada en octubre de 1964 en una
reunión científica de CEFFRAP y la segunda "Lo imaginario en los
grupos", en la Facultad de Letras y Ciencias Humanas de Aix-en -Provence,
el 10 de febrero de 1965. Según sus propias palabras, si bien la noción de
imaginario grupal era "bastante imprecisa", abría nuevas
orientaciones del pensamiento acerca de los fenómenos de grupo. El
concepto de imaginario grupal en Anzieu, proviene de las concepciones de
Wallon, Gesell y Lacan acerca de las imágenes especulares. Está especialmente
influido por la concepción de Lacan sobre lo imaginario, lo simbólico y lo
real. Tiene particular importancia la concepción de la fase del espejo en
cuanto a la relación entre las vivencias de fragmentación y falta de unidad del
Yo corporal y la devolución especular de una imagen completa como momento
estructurante para el psiquismo. Anzieu encuentra una equivalencia en
la relación sujeto-grupo. Sin embargo desarrolla la hipótesis
del imaginario grupal en discusión con las ideas de Lewin sobre la
psicosociología de los pequeños grupos. Lewin interpretó los fenómenos de grupo
como un juego de fuerzas físicas, internas y externas. Anzieu
reconoce el aporte de Bion en
relación al abordaje de los fenómenos emocionales que favorecen u obstaculizan
la tarea grupa]. Este aporte es uno de los primeros que exploran la dimensión
de lo imaginario en los grupos. Bion describe estos fenómenos como supuestos
básicos. Plantea que el funcionamiento de un grupo de trabajo (es decir aquel
que actúa para modificar racionalmente las realidad, y que por tanto se propone
una tarea manifiesta), se ve obstaculizado, diversificado o asistido por un
clima emocional subyacente. Existen poderosas tendencias emocionales que
abarcan a la totalidad del grupo. Denomina a este tipo de actividad mental del
grupo, supuesto básico. El objetivo del supuesto básico es evitar la
frustración inherente al aprendizaje por experiencia. Está al servicio del
principio del placer. En situación grupal los individuos entran en una
regresión que pone de relieve los aspectos mas primitivos del funcionamiento
psíquico Otro antecedente importante es el trabajo de 1963 de J.B. Pontalis:
"El pequeño grupo como objeto", donde sostiene que "además de la
transferencia central de los participantes sobre el interpretante y de sus
transferencias laterales de unos sobre otros, la situación psicoanalítica
grupal suscita una transferencia sobre el grupo, inconsciente para los miembros
del grupo y que se utiliza como objeto (de representación) y de carga pulsional
y fantasmática".
Desarrollo
de la perspectiva vincular
"El grupo es un lugar de
fomento de imágenes". Cuando las personas se agrupan, con distintos
objetivos, aparecen sentimientos, deseos, miedos y angustias, emociones que
facilitan u obstruyen la realización de la tarea manifiesta. La hipótesis de Anzieu es que entre el grupo y la
realidad, entre el grupo y él mismo, entre el grupo y el individuo, existe,
además de la relación establecida por la interacción de las llamadas fuerzas
reales, una relación imaginaria que explica distintos fenómenos
y procesos, no determinados por los objetivos manifiestos de la actividad
grupal. Todo grupo tiene, de acuerdo a Anzieu,
una envoltura gracias a la cual los individuos se mantienen juntos.
Dicha envoltura es como una membrana que presenta dos caras. Una mira hacia la
realidad externa, física y social, y hacia los otros grupos, teniendo en cuenta
las reglas, normas, rituales, prácticas e ideas que los organizan. Esta cara
externa funciona como barrera protectora y regula los intercambios con el
exterior. A través de su cara interna, la envoltura grupal permite el
establecimiento de un estado psíquico transindividual que propone llamar un
Sí-mismo de grupo. El grupo tiene así, un Sí-mismo propio. Este Sí-mismo es
imaginario, es el continente en el interior del cual va a activarse una
circulación fantasmática e identificatoria entre las personas. Es él el que
hace que el grupo viva. Las observaciones demuestran que la situación de un
grupo es vivida por la mayoría o por todos sus miembros, esencialmente al
principio, a nivel de las representaciones imaginarias más arcaicas. Estas
representaciones pueden obstaculizar o facilitar el funcionamiento del grupo con
relación a sus fines. "Una emoción común se apodera a veces de ellos (los
miembros del grupo) y les aporta impresión de unidad; de vez en cuando ciertas
emociones luchan entre si y desgarran el grupo; en otras algunos miembros se
cierran y se defienden contra la emoción común que sienten amenazante, mientras
que los demás se abandonan con resignación alegría y frenesí..." (Anzieu). "La
violencia de las emociones, el poder de las imágenes que desencadenan o
mantienen estas emociones son los fenómenos de grupo mas potentes y mas
ocultos". (Anzieu). El ingreso a un grupo lleva al
individuo a una regresión. El grupo impone a cada uno de sus miembros una
representación de diseminación de las diversas partes del Sí, de ausencia de
unidad interna, de una imagen predominante de cuerpo fragmentado. Se produce
angustia y se generan diversos mecanismos de defensa. Esta vivencia de unidad
perdida se recompone luego en la construcción compartida de la vivencia de la
unidad grupal, M cuerpo grupal, en el sentimiento del "nosotros", del
grupo como un todo. La unidad reencontrada en el grupo, es
para Anzieu la negación dialéctica del cuerpo primitivo desmembrado y
constituye la base de las distintas construcciones imaginarias que acompañan la
existencia de un grupo. Esta metáfora puede ser falsa en el
plano de los hechos pero es eficiente porque corresponde a la realidad
imaginaria del grupo. Se puede admitir que en toda situación de grupo hay una
representación imaginaria subyacente común a muchos de sus miembros, que da cuenta
de la unidad y de lo común compartido. Es producto fundamentalmente de la
escenificación de las fantasías originarias y de las fantasías de los orígenes
así como de la circulación de fantasías secundarias. Esas representaciones
pueden obstaculizar el funcionamiento del grupo, con relación a los fines que
racionalmente se propone, y pueden ser causa de parálisis en el funcionamiento
interno del grupo o de errores en la actitud en relación a lo que requiere el
principio de realidad. Pero, cuando un grupo funciona eficazmente, es también
una representación imaginaria la que le permite encontrar la solidaridad y la,
eficacia. Cada grupo construye significaciones imaginarias propias, como,
mitos, rituales, costumbres, prácticas e ideologías Sin elemento imaginario no
existe grupo. La toma de conciencia de las fantasías inconscientes para un
individuo, un grupo, o una cultura, es siempre una operación difícil y
dramática por lo que esta operación solo se hace en el curso de una crisis. Los
interesados tratan de negar, dejar atrás y conservar a la vez. "Estas
imágenes conservadas y superadas constituyen finalmente la realidad esencial de
los grupo humanos". (Anzieu) Para
Anzieu y para los otros integrantes del CEFFRAP los trabajos de 1964 fueron la
matriz de un amplio desarrollo del estudio de los fenómenos psíquicos
inconscientes observables en los grupos. Es así como los fenómenos de escisión
de la transferencia, de ilusión grupal, la analogía entre el grupo y el sueño,
el papel estructurante de la fantasía, los organizadores psicológicos y
sociales de la representación de grupo y del proceso grupal, entre muchos otros
se fueron estudiando a partir de la concepción de imaginario grupal de Anzieu.
Problemáticas conexas
El concepto del imaginario
grupal es inseparable del análisis de los procesos fantasmáticos. Sin embargo
al estado actual de la conceptualización, aquel permanece, en su definición,
mas ambiguo que el de fantasía. Las imágenes que se evocan adquieren fuerza
estructurante en el grupo en la medida en que se asocian a significaciones
construidas colectivamente. Estas significaciones dan cuenta de teorías y mitos
sobre el origen y destinos del conjunto y sobre el papel del grupo como un otro
que otorga sentido a los diferentes espacios de la subjetividad. El concepto de
las construcciones imaginarias grupales se yuxtaponen al de fantasía. Los
conceptos de fantasía e imaginario tienen amplias zonas de coincidencia pero no
son idénticos. En el orden de la fantasía existe un polo estructura] (y
estructurante) y un polo imaginario. (Escenas, imágenes y anecdotario que
organizan a la significación estructurante). Por otra parte el polo imaginario
remite, además de la imaginería, de las invenciones, de los mitos, a una
relación de imagen al semejante. En ambos casos hay una referencia o
vinculación con el campo de las identificaciones. Es también tema de
investigación y discusión las relaciones entre el concepto de imaginario grupal
y los conceptos de imaginario social (Castoriadis, 1964) y representaciones sociales
(Moscovici y Jodelet). Es necesario tener en cuenta que, los diferentes
conceptos desarrollados a partir del mismo vocablo (imaginario), tienen que ver
con las diferentes acepciones de la palabra imagen: que puede aludir tanto a:
a) Reproducción refleja (imagen en el espejo, foto). b) Reproducción exacta o
representación analógica de un ser. c) Representación mental de algo que fue
alguna vez visto o inclusive que no fue nunca visto. La elección de uno u otro
de estos significados se corresponde con posiciones distintas en el campo
filosófico. Para Castoriades, quienes hablan de imaginario concebido como lo
reflejo o especular, repiten frecuentemente, sin saberlo, la idea de que es
necesario que este mundo sea imagen de algo. Castoriadis se diferencia así de
la concepción del imaginario concebido como lo reflejo especular, y destaca, en
cambio, la capacidad del imaginante. Se refiere a la capacidad de una sociedad
de producir e inventar sus significaciones, relegando la importancia de
determinaciones materiales que las originarían. Muchos integrantes de la
corriente institucionalista han desarrollado y aplicado las ideas de
Castoriadis al análisis de la relación de los grupos, las instituciones y lo
histórico social. En algunos casos homologan prácticamente el concepto de
imaginario grupal al de imaginario social.
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